Cultivo de Arándano: Consideraciones previas al establecimiento.

El arándano es una planta muy antigua, que crece de forma silvestre en el norte de Europa, Asia y América, pero aún no es claro de donde proviene, pertenecen a la familia botánica de las Ericáceas, del género Vaccinium que incluye muchos arbustos silvestres productores de bayas comestibles redondas y con vértices brillantes. Existen distintas especies y cultivares, pero en general podemos agruparlos en dos tipos: El arándano rojo (representante principal Vaccinium macrocarpon) y el arándano azul (representante principal Vaccinium corymbosum).

También conocidos como Cranberries (arándano rojo) o blueberries (arándano azul) es una planta recientemente domesticada y en los últimos años la superficie cultivada de esta especie ha incrementado notablemente como resultado de la alta demanda del fruto por sus excelentes propiedades nutritivas, ademas su vida productiva es de alrededor de 10-20 años con buen manejo y bajo condiciones óptimas de clima y suelo.

En general tanto el arándano rojo como el azul son de alta demanda, pero por ahora nos enfocaremos al arándano azul, del cual existen distintas especies. Este es un arbusto que varía en su tamaño dependiendo de la especie de que se trate, posee raíces fibrosas y superficiales que se benefician en gran manera de la asociación con micorrizas. El fruto es una baya cilíndrica de 0.5 a 1.5 centímetros de diámetro de color azul a negro cubierto por una capa cerosa; su atractivo comercial está dado por sus propiedades organolépticas y nutritivas. La planta se ha adaptado a diversos climas, pero es indispensable que estos lugares tengan un clima con suficientes horas frío para el buen desarrollo del cultivo. Después de completar su necesidad de frío la planta rompe el estado de reposo y se vuelve sensible a las bajas temperaturas. Crecen en terrenos húmedos, se pueden encontrar a 1.500 metros de altitud.




El arándano azul fructifica durante la primavera (de marzo a junio en la parte norte del continente americano, y de septiembre a diciembre en la parte sur) con un patrón de maduración dispersa. Sin embargo, en México, la producción de esta variedad de arándano, se extiende de octubre a junio en áreas de climas templados de transición (generalmente libres de heladas) y climas subtropicales como en Michoacán y Jalisco, donde acumulan de 50 hasta 250 horas-frío.

Su sistema radicular se encuentra en su mayoría dentro de los primeros centímetros del perfil de suelo, sus raíces son fibrosas y con poca capacidad de absorción, por lo que prefieren los suelos bien drenados, es una planta altamente sensible a la asfixia radicular, por lo tanto, necesita suelos o sustratos con alta porosidad para prosperar.

Se sugiere un porcentaje de materia orgánica mayor al 3 % y suelos con pH entre 4.5 y 5.5 tanto en suelo como en agua, ya que no basta con acidular el agua de riego; el pH a nivel de la raíz debe ser ácido en suelo o sustrato.


En muchos lugares de cultivo no se cuenta con las características adecuadas para su cultivo, por lo que su producción se puede realizar al mejorar la estructura física y química del suelo, al agregar sustratos que mejoren la aireación y el drenaje o sustancias que acidifique el suelo como el azufre y el sulfato de aluminio que son las alternativas disponibles para este fin, aunque el azufre es el más utilizado por ser más económico, sin embargo se requieren de ciertos estudios previos que a veces no son accesibles para los productores, en este caso el cultivo en contenedores como bolsas o macetas seria la siguiente opción.

La variedad más utilizada es la Biloxi, que es una planta perteneciente al grupo de los “Southern highbush”, híbridos obtenidos del cruzamiento de 4 diferentes tipos variedades, fueron desarrollados, principalmente en Florida con el interés de obtener frutos de mayor tamaño, adaptabilidad a suelo, tolerancia a temperaturas altas y menor requerimiento de frío.

Es una planta de crecimiento erecto, vigorosa y productiva. Los frutos son precoces en su maduración, de tamaño medio, color de azul claro, con una gran firmeza y buen sabor. Por su precocidad en floración, requiere protección a heladas en primavera. También se caracterizan por ser auto infértiles por lo que la polinización cruzada es necesaria para obtener producciones óptimas. Enfocados a zonas de climas templados donde las temperaturas son elevadas y la acumulación de horas frías durante la época de invierno es baja.






Como podemos ver los arándanos son plantas que se adapta a una diversidad de climas, ya que se han desarrollado variedades para cada zona. Si bien pueden tolerar temperaturas mínimas y máximas de 7 y 33° C, respectivamente, la óptima para su desarrollo se mueve entre los 16 y 25° C con un periodo de horas frío con un umbral de 7 °C para cumplir su receso invernal que varía en tiempo dependiendo la variedad.

Además, se deben considerar las precipitaciones, el riesgo de heladas y la posibilidad de granizo, que puede interferir en el desarrollo adecuado del arándano, veranos nublados reducen la calidad de la fruta y favorecen la propagación de hongos, veranos muy calurosos pueden concentrar la cosecha de la fruta, disminuir el sabor y su firmeza, además impedir una cosecha escalonada y oportuna.

El arándano, además, es sensible a la alta radiación ultravioleta, si la radiación total y UV son muy altas en una determinada zona se recomienda el uso de mallas sombra que reduzcan este problema, los veranos soleados favorecen la calidad de fruta y evitan el desarrollo de hongos fitopatógenos, pero el exceso de calor puede afectar la calidad del fruto o concentrar la cosecha en una temporada y restringir la producción escalonada.


La orientación de plantación debe permitir una buena aireación, es decir que la plantación permita la circulación del viento. Uno de los principales problemas en este cultivo es la botrytis en flor, enfermedad que se puede ver favorecida por una mala aireación, sin embargo se deben evitar lugares con vientos (superiores a 10 Km/hr permanentes) y lluvias fuertes, pues provoca caída de frutos y flores, ocasionan el desarrollo de brotes caídos, evitan la polinización y reducen el crecimiento de las plantas, por lo que, en esos casos, lo ideal es instalar cortinas cortavientos y estructuras de protección como los invernaderos.

El fruto requiere necesariamente de polinización para mejorar el peso y tamaño del fruto. Los polinizadores más usados son abejas comunes (Apis mellifera) colocadas en colmenas a razón de 6 a 10 por hectárea cuando las flores tienen de 5 a 10 % de apertura. También es común el uso de abejorros del género Bombus, los cuales se usan a razón de 10 colmenas por hectárea, cuya ventaja sobre las abejas es que resisten a bajas temperaturas, además provocan mayor movimiento de la flor por su tamaño y resisten lluvias o vientos leves.


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